martes, 2 de agosto de 2011

THE END!

Me pregunto si será un poco tarde para retomar un blog que hace casi cuatro meses que no escribo, y al que hay mucho que añadir. Pero estaba claro que no podía dejar esto con un open end, así que hoy, me decido a terminarlo. Diez meses y medio en Estados Unidos tuvieron su fin el día 15 de junio, cuando con inseguridad y tristeza, a la vez que felicidad y emoción, embarcaba en el primero de cuatro vuelos con destino a casa. Pero déjame antes que te cuente como fue mi última etapa en ese país. Escribí por última vez el 11 de abril, ahora me odio a mí misma por no haber tenido las ganas/la paciencia/la voluntad de pasarme por aquí más a menudo. Supongo que fueron fechas difíciles. Aparecieron las ganas de volver a casa más que nunca, y también el terrorífico miedo de dejar la ciudad de Louisville, una familia, una iglesia, y un colegio que se habían convertido en mi vida. Es difícil ahora echar la vista atrás, tratando de recordar algo que sabes que nunca volverá, al menos no de la misma manera. El resto de abril no estuvo nada mal. Presencié los mayores fuegos artificiales anuales de los Estados Unidos (una pasada), celebré Easter, pinté huevos de pascua, hice servicios comunitarios en Active Day con discapacitados mentales, y cumplí 17 años. Si me hubieras dicho hace más de año y medio que viviría esto en USA, probablemente me hubiera reído de ti. Y mira. Creo que me tomo este año de intercambio como el mejor de los regalos de cumpleaños. Tuve un montón de regalos, entre ellos una cena genial en mi restaurante favorito en territorio americano: PF Changs. Y el finde después de mi cumple fue PROM! Probablemente la mejor noche que he pasado aquí. Horas bailando con mis amigas, y una fiesta después de prom. Creo que no hay manera de explicar lo bien que me lo pasé. Un finde después celebramos también el cumple de Drew, viví el Kentucky Derby. Más tarde fui invitada a otra prom. Mi prima americana Melissa y su novio vinieron a pasar un finde aquí y a finales de mayo se acabaron las clases. Después me dediqué básicamente a disfrutar del tiempo libre, del buen tiempo (ese que por España no se asoma mucho) y a asimilar que me quedaban dos semanitas. El primer finde de junio lo pasé en Chicago con Drew, Susan, Niki, Kira y Jeff. A partir de ahí, comenzaron las despedidas y las lágrimas. Digamos que esto es un resumen más bien malo de esos últimos meses, pero estuvieron a la altura de todos los anteriores y me dejaron con un muy buen sabor de boca.

Ahora, después de mes y medio en España, miro hacia atrás, hago balance, y me doy cuenta de que, efectivamente, fue el mejor año de mi vida. Está claro que aprendí mucho inglés (sobre todo a hablarlo como se habla, no inglés de libro), pero hay muchísimo más que eso detrás de un año en América. Al estar tan lejos del lugar a donde perteneces, aprendes mucho de ti misma, aprendes a valorar lo que tienes en casa, aprendes a vivir y sólo puedes dar las gracias por las oportunidades que te han concedido, la suerte que has tenido, lo bien que te han tratado y lo mucho que tienes a ambos lados del Atlántico. Lo mejor de todo es que todavía queda mucho verano por delante (esto lo digo sabiendo que en menos que canta un gallo estaré a las puertas del instituto, a punto de empezar segundo de bachillerato y me convertiré en una persona sin vida social, pero pienso mantenerme positiva!). Y nada, que por si no hubiera estado el tiempo suficiente fuera de casa, el miércoles me piro tres semanitas de interrail. Justo un día antes, la nueva edición de becarios de las Fundaciones Barrié de la Maza y Amancio Ortega se marcha a Estados Unidos a comenzar una aventura que para mí ya se ha terminado. Puede que el hecho de que sean ahora ellos los que se marchen me haya dado fuerzas para ponerle un punto a este blog, para desearles suerte y para decirles, casi rogarles, que pase lo que pase, no se rindan, que muchos quisieran estar en sus zapatos ahora mismo. Las despedidas de ahora no son nada con las despedidas que vais a tener que superar en junio, así que marcharos con una sonrisa bien grande y disfrutadlo, que diez meses pasan pronto.

Y bueno, ahora sí, esto es el final… sé que muchos de vosotros confiabais poco en mí y pensabais que nunca iba a volver a actualizar jajaj. Gracias a todos los que habéis leído el blog actualización a actualización, y espero haber transmitido bien lo que este año en Estados Unidos ha significado para mí.

Fin. (Igual algún día me da por actualizar y contar qué tal me fue de interrail, pero no prometo nada jajajaj).