lunes, 27 de diciembre de 2010

Jingle bells, jingle bells. Jingle all the way!

Llevo más de una semana sin pasarme por aquí. El finde pasado estuvo dedicado básicamente a last-minute Christmas shopping, además de ser babysitter de más de 15 niños por unas horas. Crazy doesn't even begin to describe it. El domingo, después de la Iglesia, claro, comimos con una familia amiga de la mía. Y que decir del restaurante en el que comimos, salí de allí pensando que no iba a necesitar comer en una semana y es que estaba todo buenísimo. Por un momento pensé que estaba back in Spain. Pero no, seguía en América. El lunes tuve Mentor Group with the girl High Schoolers from Church, que nos reunimos una vez cada dos semanas (aunque yo hacía mucho que ya no iba). Y me alegro de que por fin pude ir, porque la verdad es que me lo pasé genial. Luego, sleepover at Niki and Kira's. With Drew, of course :) Y el martes, fuimos al centro comercial otra vez, que parece que nunca nos cansamos de comprar ;). Esa noche, fuimos a casa de la familia con la que comimos el domingo para ver fútbol. GO CARDS! El miércoles fuimos al cine. Little Fockers. La verdad, teniendo en cuenta las críticas y el contenido, no sé como acabé en esa sala. Pero tengo que reconocer que fue mejor de lo que me esperaba. No me aburrí, por lo menos. Y el jueves marchamos a Georgia. Otras 11 horas de viaje. Great. Aunque ese día tuve la oportunidad en el trayecto de volver a ver Matilda. Me hizo mucha ilusión. Fue, sin duda, una de mis pelis favoritas durante mucho tiempo. No estuvo nada mal recordarla. Pasamos viernes y sábado en Waycross, Georgia donde vive parte de la familia de Susan. Y fue divertido vivir las navidades a la americana. Stockings llenos de regalos, tal cual película, luces horteras (poop lights), comida parecida a Thanksgiving, y más regalos: Lady Gaga tickets (12 de marzo - I'm excited) el nuevo iPod nano, un montón de tarjetas de regalo, maquillaje, ropa, etc. Una larga lista. Llegamos el domingo bien tarde pero todavía tuvimos que abrir más regalos que tuvimos que dejar en casa que no cabían en el coche. Y bueno, supongo que el estar ocupada, el no tener tiempo a pararme a pensar que estoy al otro lado del Atlántico durante estas Navidades, sea una de las razones por las cuales no he podido tener morriña. Quiero decir, no más de la normal. Y para que engañaros, me sorprendió. No sé, me esperaba una navidad divertida, diferente, pero de alguna forma triste. Antes de pisar tierra estadounidense, todo el mundo me decía que lo peor del año iban a ser el primer mes y las navidades. Pues nada, si esto ha sido lo peor, perfecto. Aunque sé perfectamente que lo peor será la despedida. Ayer por la noche nos acostamos a las 4 de la mañana después de estar jugando a las cartas, han descubierto, una vez más, a la Marta competidora. Y ayer, por primera vez en todo este tiempo, dormí en la habitación de Drew. Ayer, ella me dijo, Marta, no quiero que te vayas nunca. Sí, sin duda, lo más duro será la despedida. Pero la recompensa será pisar tierras gallegas, que no está nada mal. Además, sé que volveré, porque Louisville siempre será mi segunda casa.






















1 comentario:

  1. Me alegro de que te lo estes pasando tan bien.
    Pero no te nos quedes por alla eh...
    que te hechamos de menos:)
    un besito

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